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Bachillerato de Innovación,  Ciencias, Artes y Humanidades  de Chiapas Modelo que desde las artes atiende los saberes Tres grandes ejes. Vivir los contenidos desde las artes 16 horas a la semana Investigación 1200 horas semestrales 31 problematización es  Debates desde todos los ángulos Algunas  consideraciones 16 semanas por semestre.  Dos idiomas inglés y zoque Atención desde el ABP. Una problema individual y uno colectivo durante el semestre. 7 horas al día. De 7 a 14 horas Se trabajan por la mañana las artes y después hora y media de: Laboratorio mixto de ciencia y tecnología Taller disciplinar de temas selectos Asesorías en todos los campos para el desarrollo de la investigación que está realizando Se espera que: De menos cada estudiante realizará entre 16 a 20 investigaciones al semestre La evaluacion sucede por consenso y al final, desde la mirada de la evaluación auténtica Fechas importantes : 3 agosto junta aclaratoria 15 al 18 agosto inscripciones Tuxtla y Tapachula. Frente a

Diálogo con el cuerpo.

  Si acaso los órganos pudieran hablar. Habla el pie derecho. Ayer fue un día difícil, se me ocurrió patear con la fuerza de antaño y el balón no llegó a donde esperaba. Me fue difícil aceptar esta condición de impotencia. Si bien no escuché burlas, creo que la propia imagen del pasado glorioso se me vino de golpe y fue más duro el reclamo -¿por qué no pudiste patear bien?- parecía decirme el recuerdo. Con total impudicia amarraron el tenis dando a entender que éste era el culpable. Solo yo puedo saber la verdad, estoy un poco adolorido porque mi trabajo es contribuir a estar erguido mientras labora el resto del cuerpo.   ¡Si tan solo pudiera descansar un poco, meterme en la arena tibia, chapotear en un río!   Se expresa el tobillo. Recién me enterado que hay un déficit de materia en la parte media de mí. ¿Hasta ahora no había hecho falta ese hueso? ¿Acaso se desgastó más de lo normal? O ¿es que por fin la barriga causó estragos? ¡Me duele!. Percibo su dolor como pequeñas punzadas. No

La generación número cuatro. primera entrega.

Motivos para volver  A veces me resisto a escribir, voy encontrando los motivos de a poco y en los momentos oportunos le doy rienda suelta a mis recuerdos; la memoria me asalta con algunos desvaríos, pero intento serle fiel a lo que se me viene  a la cabeza. Hay ratos en que construyo toda una estructura para escribir y se me van las ganas, lo dejo pendiente por desidia, le llaman procrastinar pero me late más llamarle aplazar; es algo que me resisto a creer que me pueda pasar de forma permanente, aunque llevo dos años de ausencia de escritos sobre aquello que me pasa. Hay veces que la vida de quienes escribimos tiene nudos en la garganta y aventurarse a ponerlo en tinta resulta un aliciente esperanzador que ayuda a expiar los demonios que uno se forma. Hoy tuve una epifanía, una oportunidad para sacudir el tedio, después de la visita de Alejandro y al escucharlo rememorar a Luis Manuel y Juana Mariana, se me reveló sobre qué escribir y para quién hacerlo, lo hago para satisfacer mi án

Le dije que sí

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  En la madrugada incorporé el cuerpo para despertar. Sin prometer fechas ni explicar cómo, una voz parecida a la de mi Padre, me dijo que venía por mí. Años antes de este encuentro ensayé argumentos con el propósito de hacer un pacto. A las tres con cinco de un sábado de junio tuve la oportunidad de decirlos. Me iría, expliqué, en algún momento del día, no pedía escoger la hora ni el momento exacto. Con el estómago ahorcado en el destino de quien se sabe muerto, con la voz entrecortada y pasando la poca saliva que aún quedaba, expuse: tengo tareas pendientes por emprender. Narraciones trazadas como intenciones en el block de notas, cartas a mi amigos proponiendo nuevos proyectos, postales a mis amantes de lugares recordados; respuestas a los compañeros de las preguntas que aún no deseo abordar, likes de los chistes menos oportunos; eso dentro de las acciones ligadas a la escritura. Con respecto a las plantas, alegué lo inoportuno que sería dejar de regarlas en estos días de tempestad,

Nostalgia

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  Eran las 05:00. En ese despertar a su lado notó que él ya tenía los ojos abiertos. ¿Por qué me quieres? le preguntó. Su respuesta la tenía estructurada con antelación, era una frase que incluía a ambos. -Creo que es difícil no querernos, porque seguimos aquí, en este ida y vuelta de palabras e intenciones-. La mujer de las madrugadas preguntaba ruborizada en el calor de primavera. Él devolvía, con frases veladas, lo que ella quería escuchar. Cada  uno por su lado buscaba quedarse con lo lindo del otro y por eso seguían juntos. A tientas buscó en el buró un objeto. Sus delgados dedos hallaron la foto fechada con "17 de abril…”. Contempló por unos minutos la instantánea y después le pidió que la describiera.  Tomó la imagen y expresó: En el primer plano está tu rostro, enmarcando esos ojos color miel. Veo la proyección de ellos en el firmamento de otras pupilas que te observan y preguntan por el contexto de tu cabello despeinado y la puerta de atrás; los juegos de llaves y las car

Antes de tu partida

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  Cree. Hay compañías que vale la pena tenerlas. Allá donde la Nada espera, en ese sitio desconocido al que estamos convocados desde el nacimiento, no creo poder ver la intensidad de una constelación; tampoco creo que esté La Mar y su inmensidad; dudo de un azul cerúleo en el atardecer de marzo; ¿Será posible en esa estancia apreciar la riqueza explosiva de una carcajada o, aún con todo su dolor, el llanto de un ser querido? Aunque parezca esto una petición para que os quedes, es más un recordatorio de aquello que dejas. Aquí tu voluntad de partir está incólume. Antes de tu partida hártate de llorar, para que allá donde vayas  no sigas derramando esas tus lágrimas sin dueño. Sacia tu hambre con una champeta o un chicharro en la ostionería Mayté y trágate a propósito una espina, te vas a dar cuenta que morir no es tan sencillo y que siempre hay alguien dispuesto a aplicarte la maniobra de Heimlich.  Ve al faro y sube para una última mirada al Océano. Con el rabillo de tu ojo observa alr

Las malas palabras

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  Las malas palabras es una conferencia-participación que tuvo Fontanarrosa en el 3er Congreso de la Lengua Española de 2004, en Argentina. Es breve pero sustanciosa. https://youtu.be/iSMnSjK_C0M Después de la segunda ocasión de escucharle pensé en las mías, ¿cuántas malas palabras me sé? ¿dónde las aprendí? ¿por qué y dónde las digo? ¿Cuáles son mis preferidas?  En algunos espacios me autodefino como grosero (opuesto a refinado). Esa es una manera de avisar o justificar que la cortesía la guardo para momentos más hipócritas. Hay algunos oídos castos que se ven afectados, tal vez porque se sienten jiñados ante esa vulgaridad mía.   Es posible que mis malas palabras provoquen escozor, prurito, vergüenza, etcétera, por su sola expresión y no así por la intención; esta diferencia es notoria porque tiene que ver con las circunstancias del hecho, ante quién las digo y por qué lo hago. Dentro de las ochenta y ocho mil palabras que tiene el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Español